miércoles, 22 de agosto de 2012

¿Realmente usamos el 10% de nuestro cerebro?



Desconocemos cómo fue difundida la afirmación de que el ser humano utiliza únicamente el 10% de su cerebro, sin embargo se sabe de algunas teorías que podrían explicar de dónde vienen estas ideas.

Una de ellas nace por los debates que se dieron durante los años 1800 entre los que creían que la función del cerebro puede ser localizado en determinadas regiones del mismo, y los que creían que el órgano actuaba como un todo.
Estos debates se centraron en torno a varios investigadores entre ellos Karl Lashley, quien mediante su conocido experimento con ratas pudo probar que aún con solo el 2% de la masa cerebral éstas se desarrollaban de forma aparentemente normal.
Más  tarde, incluso descubrió que la eliminación de hasta el 58% de la corteza cerebral no afectaba a ciertos tipos de aprendizaje. Es posible, de este modo, que la mala interpretación y exageración de estos datos llevó a la creencia de que solamente se utiliza una pequeña fracción del cerebro.
Actualmente, y gracias a las investigaciones científicas y los avances tecnológicos, podemos afirmar que no existe evidencia científica que sugiera que utilizamos únicamente el 10% del cerebro.
Estudios clínicos indican que el daño de una pequeña área del cerebro, tal como la causada por un golpe, puede tener efectos importantes. Un ejemplo de esto es la enfermedad de Parkinson que afecta a determinadas áreas del cerebro. Y las discapacidades que surgen como resultado de daños menores de áreas específicas de este órgano.
Debido a que la eliminación o afección de pequeñas áreas del cerebro esenciales pueden tener graves consecuencias en los pacientes, los neurocirujanos deben retirar cuidadosamente el tejido cerebral en el caso de intervenciones por tumores.
Los equipos tecnológicos que producen imágenes cerebrales también contradicen la afirmación de que únicamente utilizamos el 10% del cerebro. La Tomografía por Emisión de Positrones (PET) y la imagen por resonancia magnética, permiten monitorear la actividad del cerebral completa de una persona y solo muestran partes sin actividad cuando el cerebro tiene lesiones graves.
“Estos estudios de imágenes funcionales del cerebro muestran que todas las partes del sistema trabajan, incluso durante el sueño, sólo que en un estado de actividad distinto.”, según lo que afirma el neurofisiólogo Erick Chudler, en un artículo publicado en la web de Brain Conection.
Por otro lado, desde la perspectiva evolutiva, es casi improbable que se desarrolle un cerebro que es 90% inútil. Ya que el cerebro es quizá el órgano más “costoso” de mantener, debido a que utiliza una gran cantidad de recursos como nutrientes y energía del cuerpo. Siendo real la afirmación, planteada inicialmente, y por el proceso conocido como selección natural, los seres humanos en la actualidad deberían tener cerebros más pequeños y no los mismos que tienen Desde hace miles de años con la aparición de Homo sapiens.
Los ganadores del premio Nobel David Hubel y Torsten Wiesel lo demostraron en el sistema visual. Se mostró que cuando la pérdida completa de la visión se produce durante el desarrollo temprano del feto, al morir los nervios ubicados en esta zona se degeneran de manera considerable.
Si durante toda nuestra vida no utilizáramos el 90% de nuestro cerebro, al morir  deberíamos tener áreas del cerebro completamente degeneradas.
A pesar que hasta la actualidad existen muchos campos abiertos sobre el funcionamiento del cerebro humano, se sabe que cada parte del cerebro tiene una función determinada.
Según un artículo desarrollado por la Universidad de Princeton y publicado por la revista Nature, se comprobó luego de realizar un experimento de comparación de los tamaños relativos del cerebro divididos en varias áreas, que cada una de estas cumplían funciones diferentes y no encontraron áreas del cerebro sin ninguna función.

"Intuitivamente, sabemos que hay algo en nuestro cerebro que es extremo y es su actividad funcional", afirma Sam Wang, profesor de biología molecular y el principal autor del artículo.
Entonces, aunque las ratas de Lashley fueron capaces de realizar tareas simples, no se pudo probar esto en actividades más complejas, por ejemplo las relacionadas con la interacción y el habla. Es así como, el tejido cerebral eliminado pudo ser útil para realizar otras tareas no tomadas en cuenta o que no afectan a los animales.
El cerebro es un órgano extraordinario y tiene muchas capacidades entre ellas está la de recuperarse después de un daño. Que pueda recuperar funciones perdidas no  asegura que el tejido dañado no tenía ninguna función. Sino muestra la capacidad que tiene el cerebro para reestructurarse.
Lucía Pilataxi
Comunicación MIC

Esto y mucha más información podrás encontrar en la conferencia Ni sabes…! Cerebro al descubierto, que presenta el MIC este viernes y sábado

Recuerda…

Viernes 24 desde las 15h00 hasta las 18h00
Sábado 25 desde las 11h00 hasta las 14h00

Estos son los temas que trataremos

Agenda

Viernes 24 de agosto
15h00  EL ABC del Cerebro.                   
             Dr. Edgar Mazón

15h45 Ser humano: ¿Animal sin cerebro?, o ¿con cerebro animal?
             PhD. Florencio Delgado

16h30 Mecánica cuántica y el cerebro
             Dr. Eduardo Ludeña 

16h45 Refrigerio


Sábado 25 de agosto
11h00  Neurociencia Educativa: Cómo se desarrolla el aprendizaje.       
             Dra. Martha de la Torre.

11h45  Cerebro, Psicología profunda e Hipnosis
             Dr. Rolando Silva Estrella 

12h30 Refrigerio

12h45 El amor y su relación con la neuroquímica cerebral.
             Msc. Lobsang Espinoza

Inscríbete en: comunicacion@museo-ciencia.gob.ec

lunes, 20 de agosto de 2012

Cometas en el verano quiteño…



Las cometas son artefactos muy antiguos, fueron inventadas por los chinos alrededor del año 1200 a.C. y fueron utilizados en un principio como dispositivos de señalización militar. Los movimientos, los colores y los tamaños de cada cometa daban una señal específica a las tropas durante los combates.

Sin embargo, hace relativamente poco tiempo este dispositivo militar pasó a ser un juguete. Durante el siglo XII, en Europa, los niños ya jugaban con cometas y más tarde se extendieron al mundo entero hasta llegar a nuestro país y convertirse en una de las actividades preferidas de la época de vacaciones.
El verano de Quito es la época ideal para salir a los parques a hacer volar cometas. Pero, alguna vez te has preguntado, ¿por qué se producen más vientos entre los meses de julio y septiembre?
El viento es aire que se mueve de un lugar a otro, bien sea de una ligera brisa o de un fuerte huracán. Tiene una procedencia directa de la energía solar. El calentamiento desigual de la superficie de la tierra produce zonas de altas y bajas presiones, este desequilibrio provoca desplazamientos del aire que rodea la tierra dando lugar al viento.
Además, en verano y durante el día, el sol calienta el aire sobre la tierra firme más que el que está sobre el mar. El aire continental se expande y eleva, disminuyendo así la presión sobre el terreno, provocando que el viento sople desde el mar hacia las costas. Lo contrario ocurre durante la noche, especialmente en invierno, donde la tierra se enfría más rápidamente que el mar.
Como vemos, el viento es producido por causas naturales, existen algunos vientos que participan del ciclo natural de la tierra y regulan la atmósfera, así como vientos que se producen según la latitud, que dan resultado a los conocidos como vientos estacionales y afectan a ciertos países.
En verano el aire que está cercano a la tierra es más cálido que el aire situado cerca de las cumbres de las montañas y es por eso que en los valles se producen fuertes y constantes vientos, pues el aire caliente tiende a subir y el aire frio baja de las montañas a ocupar ese lugar.
Quito es una ciudad que se encuentra en un valle, rodeada por montañas muy altas, muchas de ellas están cubiertas por páramos y cumbres nevadas, por tanto se ve afectada por este fenómeno en los meses que recibe mayor calor.
La actividad de volar cometas se ha vuelto muy tradicional en la ciudad, tanto que desde ya varios años en los meses de julio y agosto, se desarrollan diversos concursos de elaboración de cometas, con el objetivo de que los niños se diviertan compartiendo con sus padres y abuelos, esta costumbre.
No importa si compramos la cometa o la elaboramos en familia. Lo fundamental es disfrutar de esta actividad visitando lugares como El Panecillo, el Itchimbía, el Parque Metropolitano y Fundeporte que son ya sitios tradicionales para volar cometas en la ciudad.

Jorge Godoy
Comunicacion MIC

lunes, 13 de agosto de 2012

Pasaje DeMente llena de expectativas al MIC


Pasaje DeMente es un proyecto concebido por el Museo Interactivo de Ciencia - MIC para acercar los temas científicos a la ciudadanía, una propuesta para sumergirte en una calle del tradicional barrio de Chimbacalle y tratar de solucionar retos que serán presentados a los ciudadanos, en un ambiente que simula su cotidianidad.


Una zapatería, una heladería, una feria, son espacios que forman parte del Pasaje DeMente y Carapungo es el afortunado barrio quiteño en donde se presentará por primera vez. Luego, esta misma exposición Itinerante pasará a otro barrio de la ciudad. 

Pero, por varios meses será el Centro de Desarrollo Comunitario (CDC) de Carapungo el que acogerá al primer producto del proyecto MIC Móvil, del Museo Interactivo de Ciencia.

Aquí podrás transportarte por un momento a un mundo lleno de ilusiones para tu cerebro, retos que pondrán a límite tus destrezas cognitivas y tus habilidades físicas. Todos tus sentidos serán desafiados durante el recorrido. Y podrán ingresar a la Habitación de Ames, un cuarto que parece hacer magia con tu cuerpo, ¿cambiar de tamaño, hacerte más pequeño o más grande es posible? Es algo que tendrás que vivirlo, porque es muy difícil de explicar. 

Durante las últimas semanas, todos quienes conforman el MIC han tomado parte de este proyecto y el equipo del Museo ha unido sus fuerzas para poner a punto, al que consideramos, el primer “hijo itinerante” del Museo Interactivo de Ciencia.

Este proceso nos ha llenado de satisfacciones, lo que ha incrementado nuestras fuerzas para sobrellevar diariamente los problemas que este tipo de experiencias conllevan y presentar a nuestros futuros visitantes una exposición innovadora, entretenida y enriquecedora para toda la familia. 

La única consigna para todos quienes quieran visitar esta exposición es estar preparados para sorprenderse. Esto es algo que no se ve todos los días y es una experiencia preparada para que todos, desde el más pequeño hasta las mentes más experimentadas, se diviertan… y que aprendan algo nuevo.

La inauguración será el 18 de agosto, el próximo sábado. Los esperamos a todos en Carapungo.
Ven el Centro de Desarrollo Comunitario de Carapungo.

Francisco Robles y Leonidas Plaza, tras la Escuela María Teresa Dávila. 

Jorge Godoy
Comunicación MIC

martes, 7 de agosto de 2012

Chimbacalle, lugar histórico quiteño


Chimbacalle es uno de los barrios históricos de la ciudad como consecuencia de la gran actividad comercial e industrial que se desarrolló a inicios del siglo XX. 

Los telares de la Fabrica La Industrial ahora forman parte del Museo de Sitio del MIC.
 A partir de la construcción del ferrocarril, que según los historiadores fue un sueño tanto de García Moreno como de Eloy Alfaro, y su puesta en marcha, se logró gran desarrollo del sector y de la ciudad en general. Este medio de transporte en esa época se convirtió en símbolo de unidad nacional. La gran afluencia de personas promovió la creación de muchos otros negocios a sus alrededores como hoteles y restaurantes, que ofrecían comida típica quiteña.

El nombre original de este barrio en época prehispánica era Pillcokancha, que hace referencia a un espacio abierto donde se realizaban ofrendas indígenas. Más tarde, con la colonización, cambió a San Juan de Machángara, hasta que, finalmente, en la época de la república, el sector recibió el nombre de su camino principal: Chimbacalle, que significa “calle de en frente”, debido a que por ahí pasaba la ruta principal de acceso a Quito.

Más tarde, y por la cercanía del ferrocarril y las facilidades que ofrecía para el transporte de mercancía se crearon también varias fábricas entre las más famosas las textileras llamadas La Industrial y la Internacional. Según el escritor quiteño Alfonso Murriagui “Chimbacalle ha sido el hogar inicial de la clase obrera quiteña debido a los trabajadores tanto de las fábricas ahí ubicadas como los del ferrocarril”, convirtieron al barrio en una mezcla entre industrial y residencial.

Chimbacalle, entonces, llegó a ser un barrio totalmente popular, que tuvo gran crecimiento demográfico de la clase obrera e indígena. Un lugar que encierra gran parte de la historia de Quito, en su calles, y sus construcciones antiguas hoy recuperadas como es el caso de la fábrica textil La Industrial donde hoy se asienta el Museo Interactivo de Ciencia.

Parte esencial del Museo, que es un esfuerzo para recuperar la memoria histórica del sector, es el Museo de Sitio. Aquí, en una mezcla de luces, sonidos y  las máquinas que formaban parte de la extinta fábrica, los visitantes pueden vivir por un momento cómo era la vida fabril de Quito de mediados del siglo pasado.

El objetivo principal de esta exposición multisensorial es observar cada detalle de los vestigios originales de la fábrica textil, para revivir, la historia de la textilera desde sus inicios, el apogeo y cierre de la empresa, debido a los bajos costos que ofrecía la industria colombiana. De este modo, la sala nos genera muchas sensaciones, al tiempo que nos cuenta parte de la tradición quiteña.

Es así como, el MIC crea experiencias únicas en los visitantes, no solo por los espacios de diversión e interacción que ofrece, sino también por el referente histórico expuesto en el museo de sitio.

Lucía Pilataxi
Comunicación MIC

sábado, 4 de agosto de 2012

Talleres de La Mente, sorprendente…


El Museo interactivo de Ciencia se encuentra en proceso de montaje de su más reciente experiencia “Pasaje DeMente” en el CDC de Carapungo, en las calles Francisco Robles y Leonidas Plaza. Una emocionante vivencia para compartirla en familia.

Mientras sucede este proceso de montaje de la exhibición, adecuamos un espacio en el cual se viven experiencias mediadas, en donde cada visitante tiene la oportunidad de observar ilusiones que por momentos les hacen dudar de lo que es real. Además, pueden disfrutar de retos de la mente que ponen a prueba no solo las destrezas mentales, sino la paciencia, que es la que finalmente les permite conocer la repuesta correcta, o esperar a volver para descubrirla.  

Asimismo, estamos realizando talleres, que buscan, principalmente, motivar en las personas, curiosidad, y que se emocionen cada vez que descubren algo interesante e increíble del cerebro, de sus funciones, del sistema nervioso central, siempre relacionados con curiosidades científicas y comparándolo con elementos de la vida diaria.

Al inicio fue difícil, ésta es la primera vez que hacemos este tipo de actividades fuera de las paredes del museo, no conocíamos cual iba a ser la reacción del público, y tampoco la reacción de cada uno de nosotros, pero tanto los mediadores como los visitantes disfrutaron cada momento de la realización de los talleres.

En los primeros, se tuvieron que vencer los nervios, pero días después, todo era alegría, y un compartir de conocimientos de mediación con niños y jóvenes, quienes demostraron ser unos expertos conocedores del cerebro y sus partes. Los más pequeños, se mostraron completamente emocionados por las ilusiones. Ahora ellos pueden engañar a sus compañeros y a sus padres, con lo aprendido en el taller.

El momento más divertido fue cuando realizamos “los cortes del cerebro”, en un melón, con lo cual se mostraba que sucede cuando cortamos determinadas partes de este órgano, como podemos dejarte sin habla, sin visión… fueron divertidos momentos. Sin embargo, nada fue comparable, como cuando frente a más de 15 niños, abrimos un contenedor que tenía un cerebro verdadero de vaca.

Estuvimos un poco preocupados por la reacción de los niños, pero en sus expresiones se podía advertir que, aunque si revelaron asco en sus rostros, mostraron una extraña emoción por lo desconocido. Podría decir que fue la expresión compartida por cada uno de los mediadores cuando vieron por primera vez el cerebro.  

La experiencia de la disección fue mucho más allá de conocer las partes del cerebro, fue también, la sensación de poder tocarlo, y comparar su tamaño, su forma, y sus funciones, con las del cerebro humano, que claro fue una representación, pero no por ello dejó de emocionar.  


Paola Santacruz
Museología MIC