viernes, 27 de septiembre de 2013

¿Estornudas cuando piensas en sexo?


¿Sabía que estornudar puede ser una señal de excitación sexual? 

En algunos individuos sí, según dice un estudio.

Los investigadores, Mahmood Bhutta, otorrinolaringólogo del Hospital Wexham Park, y Harold Maxwell, psiquiatra del Hospital Universitario West Middlesex, iniciaron una investigación al respecto luego de conocer el caso de un paciente que sufría estornudos incontrolables cada vez que pensaba en relaciones sexuales.

De igual manera, esta conducta se repitió durante un experimento realizado por los investigadores, los cuales reunieron a varias personas en un cyber café para estudiar su comportamiento. De todas las personas reunidas, 17 denotaron la misma reacción.


Los resultados de este estudio fueron publicados en Journal of the Royal Society of Medicine (Revista de la Sociedad Real de Medicina), y revelan que el problema podría radicar en un defecto en las conexiones cerebrales.

Los investigadores afirmaron que este tipo de comportamiento es normal en un sinnúmero personas de ambos sexos. "Aunque los informes en internet no dan un panorama claro de su incidencia, nuestros resultados sugieren que podría ser mucho más común de lo que se piensa", afirma el doctor Bhutta.

"Quizás esto se debe a que la gente no habla de ello porque lo consideran un trastorno vergonzoso", dice el investigador.


REFLEJOS


Bhutta explica que "este reflejo demuestra que existen ciertos vestigios evolutivos en las conexiones de una región del sistema nervioso llamada sistema nervioso autonómico".

Esta región -que no podemos controlar- se encarga de ejercitar el control inconsciente del ritmo cardiaco, la digestión, la dilatación de pupilas, entre otras cosas. Los científicos creen que las órdenes que envía este sistema podrían "cruzarse" ocasionando que la gente estornude cuando piensa en relaciones sexuales.

"Debemos llevar a cabo más investigaciones en este campo que nos ayuden a entender el reflejo del estornudo con más profundidad", afirman los científicos.

"Y esto nos permitirá tener una explicación para el posible número de personas que podrían estar afectadas con este curioso fenómeno", agregan.

Además de estos casos en donde se vinculan el sexo y el estornudo, se han encontrado otros ejemplos en los que ciertos eventos provocan este reflejo natural. Un estudio en Suecia encontró que 25% de las personas estudiadas estornudaban en respuesta a la luz brillante. Así mismo, personas que estornudan después de una comida que los hace quedar con el estómago lleno.


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viernes, 20 de septiembre de 2013

Teje mientras aprendes mate










El tejido puede usarse para agudizar nuestro razonamiento

En la actualidad, las técnicas educativas van retomando formas y procedimientos antiguos de la cotidianidad que para muchos incluso serían no convencionales, tejer es una de ellas. Es normal imaginar a una anciana sentada en un sofá tejiendo, pues generalmente se asocia esta encantadora actividad con las abuelitas, sin embargo, hay un número progresivo de personas que está retomando este pasatiempo mientras ejercitan sus habilidades cognitivas.

Sarah-Marie Belcastro, es una mujer que utiliza el tejido para explorar las nociones matemáticas que forman parte de la cotidianidad.


Belcastro comenzó a utilizar esta técnica cuando estaba en la universidad. Comenta, que cuando era niña solía tejer y pensar con mayor cuidado para seguir un patrón sin cometer errores, pues es zurda. Un objeto complicado, tejido por ella puede parecer para cualquier persona, un sombrero aplastado, pero un matemático reconocería de inmediato que en realidad es una "superficie sin orientación del género 5".

Convertir una curva suave en un tejido es un problema matemático porque uno tiene que determinar en qué lugar de la curvatura hay que hacer cambios sutiles para que la curva sea lo más delicada posible", afirma Belcastro.


Existen otros aficionados a esta actividad que le dan la misma orientación. Expertos como, Pat Ashforth y Steve Plummer, usan el tejido para enseñar matemáticas. Ellos afirman que el razonamiento que hay que hacer para transformar un concepto matemático en un patrón y luego en un objeto tejido nos ayuda a entender mejor esa forma, idea u objeto. Además, "transformar una idea o un objeto en un patrón de tejido es un problema matemático en sí mismo".


Otras formas de tejer

Charmione Lloyd también es una experta a favor de esta actividad, la diferencia es que ella no usa lana sino alambres

Esta mujer usa agujas muy finas para tejer brazaletes con hilos metálicos de medio milímetro. No muchos artesanos trabajan con cables metálicos porque este material requiere más esfuerzo que la lana y provoca dolor en los dedos.

Lloyd afirma que tejer es un arte que está experimentando una suerte de renacimiento. Y gracias a ello se han formado numerosos grupos en distintas ciudades de Reino Unido que se reunen periódicamente. El primer grupo  fue establecido por la neoyorquina Debbie Stoller.


Tejer es una actividad para todos

Como pasatiempo, señala Stoller, se ajusta mucho mejor a la vida contemporánea de lo que muchos se imaginan. Además, Stoller cree que se trata de una acción feminista, una visión que no todos comparten.

"Si digo que me interesa el fútbol, nadie tiene un problema con eso, pero cuando digo tejer, muchos me miran con menosprecio", afirma Stoller cree firmemente en la importancia de apoderarse del tejido y otras artes manuales por la misma razón por la cual las feministas de los años 60 y 70 las rechazaron: el vínculo histórico de las mujeres con esta clase de labores.

Estas feministas buscaron forjarse una nueva identidad marcando distancia con estas tradiciones. Pero, argumenta Stoller, esto nos hizo olvidar que tejer era una tarea difícil que cumplía un papel social determinado.

Para Stoller, lo más importante es que esta gente -hombres y mujeres, jóvenes y viejos- se han volcado a tejer y han descubierto lo que pueden hacer con ello.

Muchas mujeres se han unido a la causa de Stoller. Se estima que en el mundo hay unos 1.300 grupos de personas que se reúnen para tejer.


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viernes, 13 de septiembre de 2013

¿El color que ven unos, es el mismo color que ven otros?




La experiencia externa de disfrutar de los colores puede o no ser la misma para unos y para otros.


¿Cómo distinguimos los colores?


Nuestra visión de los colores empieza con los sensores en la parte posterior del ojo, que tornan la información de la luz en señales eléctricas en el cerebro. 

Los neurocientíficos los llaman fotorreceptores.
Tenemos diferentes tipos y la mayoría de la gente tiene tres fotorreceptores distintos para la luz de color. Estos son sensibles a los azules, verdes y rojos, respectivamente, y la información se combina para permitirnos percibir toda la gama de colores.


En personas daltónicas, el verde es difícil de reconocer pues tienen una debilidad en los fotorreceptores, perdiendo así la sensibilidad a los tonos de este color.
El daltonismo, afecta a más o menos el 8% de los hombres y 0,5% de las mujeres. Muchas personas con esta condición ni siquiera se dan cuenta de ella. Viven entre gente que ve todos los colores, aprovechando el hecho de que usualmente hay otras diferencia entre las cosas de distintos colores que permiten distinguirlas, como intensidad o textura.

Por otro lado, algunas personas tienen una sensibilidad al color particularmente acentuada. Se los conoce como tetracrómatas, pues tienen cuatro fotorreceptores al igual que las aves y los reptiles. Esta característica les permite ver radiación infrarroja y el espectro ultravioleta.

Los tetracrómatas humanos no pueden ver más allá del espectro visible de luz normal, pero su fotorreceptor extra los hace más sensibles al color en la escala entre el rojo y el verde, y por lo tanto a todos los colores en la gama de los humanos. Para estos sujetos, el resto de nosotros somos daltónicos.


Las percepciones varían


Históricamente, una rama de la psicología ha adoptado una postura llamada conductivismo, que pretende que los interrogantes sobre la experiencia y la apreciación interior son irrelevantes. Sin embargo, al ser la diferencia entre nuestras experiencias interiores real e incluso inevitable, se vuelve relevante.

Usamos palabras comunes y las utilizamos para nombrar experiencias compartidas, pero nadie puede ver el mismo panorama, simplemente porque la percepción es una propiedad de la persona, no del panorama.

Por tanto, efectivamente apreciamos distinto el mismo color de un mismo objeto. Al final, este se convierte en una experiencia compartida, pues el mismo acto de ver incorpora automáticamente sentimientos y memorias, así como la cruda información que llega a nuestros ojos.

Podemos examinar nuestra vista para ver cuán afinada es nuestra percepción de los colores, pero nunca sabremos lo que percibe otra persona al ver un color.

El compartir una experiencia visual externa es lo que nos vincula, aún si nuestras percepciones son similares o distinta.

Fuente:

Paola Brunner
Comunicación
Museo Interactivo de Ciencia



viernes, 6 de septiembre de 2013

¿Es posible rastrear a una abeja?


Científicos usan la tecnología del radar armónico para investigar por qué las abejas están muriendo.
                                                                                                                           
Actualmente se ha detectado que el número de abejas a nivel mundial ha disminuido gravemente, inquietando a los científicos.

Las abejas desempeñan un papel importante en la vida del campo e incluso en la nuestra ya que una tercera parte de lo que comemos depende de la polinización que ellas realizan. Estudiar el comportamiento de estos insectos es importante para descubrir las razones de su progresiva desaparición.

Para esto, los científicos están usando un transmisor de radar el cual emite una señal para que la reciba una diminuta antena adherida en el tórax de una abeja de miel. Un pequeño diodo en el centro de la antena cambia la longitud de onda para que pueda ser detectada y seguida.

La nueva señal es única. No hay ninguna otra fuente en el medio ambiente, así que los científicos saben que la está emitiendo la abeja marcada pues sólo se puede rastrear una abeja al tiempo, Una estación de rastreo de radar portátil se utiliza para transmitir la señal y reunir la información enviada de vuelta.

Cada antena se le pega a las abejas a mano:

1. La abeja es capturada colocando un tubo de plástico largo a la entrada de una colmena.

2. Luego, se le pega un pequeño disco plástico que tiene un número de identificación en el tórax con adhesivo de doble cara fuerte. Más tarde, se pone la antena en el disco, usando pegamento.

3. La antena se extrae cuando la abeja vuelve.

4. La señal enviada desde el insecto etiquetado se ve como un punto en movimiento similar a los que se ven en la pantalla de radar de los barcos.

"Esto puede superponerse sobre los mapas de la zona para mostrar con precisión por dónde voló el insecto y las características del paisaje de esa zona", le dice a la BBC Jason Chapman, entomólogo del centro de investigación agrícola Rothamsted Research en Inglaterra.

Esta antena originalmente creada para el estudio de la mosca tsé-tsé en África, es casi tan larga como una abeja melífera, los expertos explican que no es un problema pues el insecto ha evolucionado durante millones de años para llevar cargas pesadas, incluyendo las masas de polen de casi la mitad de su peso corporal.
"La antena sólo pesa una décima parte de su peso corporal y para ellas es muy fácil llevarlo", asegura Chapman.

A dónde van las abejas

A pesar de la labor que implica, el sistema se está utilizando actualmente en dos proyectos de investigación importantes.
Los científicos en la Universidad Libre de Berlín usan el radar armónico para ver si los neonicotinoides -uno de los insecticidas más usados en el mundo, que actúan sobre el sistema nervioso central de los insectos- afectan la navegación del insecto.
"Las abejas de miel tienen una habilidad increíble para navegar", señala el neurobiólogo de insectos Randolf Menzel, quien dirige la investigación. "Este tipo de proceso cognitivo requiere del orden más alto de procesamiento neuronal en este pequeño cerebro. Eso significa que todo lo que interfiere con ese fino proceso debe tener un alto impacto".

A su vez, los científicos de Rothamsted usan la tecnología para estudiar la trayectoria de vuelo de abejas infectadas por un virus transmitido por el destructivo ácaro varroa. Este pequeño parásito ha llevado a la propagación de algunos de los virus más contagiosos, matando a gran número de abejas.

Fuente: