viernes, 20 de septiembre de 2013

Teje mientras aprendes mate










El tejido puede usarse para agudizar nuestro razonamiento

En la actualidad, las técnicas educativas van retomando formas y procedimientos antiguos de la cotidianidad que para muchos incluso serían no convencionales, tejer es una de ellas. Es normal imaginar a una anciana sentada en un sofá tejiendo, pues generalmente se asocia esta encantadora actividad con las abuelitas, sin embargo, hay un número progresivo de personas que está retomando este pasatiempo mientras ejercitan sus habilidades cognitivas.

Sarah-Marie Belcastro, es una mujer que utiliza el tejido para explorar las nociones matemáticas que forman parte de la cotidianidad.


Belcastro comenzó a utilizar esta técnica cuando estaba en la universidad. Comenta, que cuando era niña solía tejer y pensar con mayor cuidado para seguir un patrón sin cometer errores, pues es zurda. Un objeto complicado, tejido por ella puede parecer para cualquier persona, un sombrero aplastado, pero un matemático reconocería de inmediato que en realidad es una "superficie sin orientación del género 5".

Convertir una curva suave en un tejido es un problema matemático porque uno tiene que determinar en qué lugar de la curvatura hay que hacer cambios sutiles para que la curva sea lo más delicada posible", afirma Belcastro.


Existen otros aficionados a esta actividad que le dan la misma orientación. Expertos como, Pat Ashforth y Steve Plummer, usan el tejido para enseñar matemáticas. Ellos afirman que el razonamiento que hay que hacer para transformar un concepto matemático en un patrón y luego en un objeto tejido nos ayuda a entender mejor esa forma, idea u objeto. Además, "transformar una idea o un objeto en un patrón de tejido es un problema matemático en sí mismo".


Otras formas de tejer

Charmione Lloyd también es una experta a favor de esta actividad, la diferencia es que ella no usa lana sino alambres

Esta mujer usa agujas muy finas para tejer brazaletes con hilos metálicos de medio milímetro. No muchos artesanos trabajan con cables metálicos porque este material requiere más esfuerzo que la lana y provoca dolor en los dedos.

Lloyd afirma que tejer es un arte que está experimentando una suerte de renacimiento. Y gracias a ello se han formado numerosos grupos en distintas ciudades de Reino Unido que se reunen periódicamente. El primer grupo  fue establecido por la neoyorquina Debbie Stoller.


Tejer es una actividad para todos

Como pasatiempo, señala Stoller, se ajusta mucho mejor a la vida contemporánea de lo que muchos se imaginan. Además, Stoller cree que se trata de una acción feminista, una visión que no todos comparten.

"Si digo que me interesa el fútbol, nadie tiene un problema con eso, pero cuando digo tejer, muchos me miran con menosprecio", afirma Stoller cree firmemente en la importancia de apoderarse del tejido y otras artes manuales por la misma razón por la cual las feministas de los años 60 y 70 las rechazaron: el vínculo histórico de las mujeres con esta clase de labores.

Estas feministas buscaron forjarse una nueva identidad marcando distancia con estas tradiciones. Pero, argumenta Stoller, esto nos hizo olvidar que tejer era una tarea difícil que cumplía un papel social determinado.

Para Stoller, lo más importante es que esta gente -hombres y mujeres, jóvenes y viejos- se han volcado a tejer y han descubierto lo que pueden hacer con ello.

Muchas mujeres se han unido a la causa de Stoller. Se estima que en el mundo hay unos 1.300 grupos de personas que se reúnen para tejer.


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